La reina derrocada.[Emma Swan]

Me puse en marcha de inmediato. Me había extrañado ver su nombre en la pantalla del móvil. Regina. De inmediato había intuido que se trataba de Henry. Por que otro motivo podría llamarme la recién descubierta Reina Malvada? 

Tomé las llaves de mi auto y salí del apartamento, que en ese momento se encontraba vacío. Durante el trayecto, se podían observar varias personas movilizandose y yendo de un lugar a otro. La ruptura de la maldición había puesto al pueblo de cabeza, y cada quien hacía lo que podía para encontrar a su familia, para adaptarse a la nueva situación, o ayudar a que otros lo hicieran.  No resultaba sencillo para nadie el enfrentarse a la realidad que ahora se planteaba, pero se tenía que hacer. Superarlo y seguir adelante. 

Conduje hasta la casa de la alcaldesa y me estacione de tal forma que bien pude haberme hecho merecedora de una multa. En cualquier caso, llevaba prisa, así que se justificaba mi rápido aparcamiento. Y siendo yo la Sheriff, veía difícil que alguien pudiera decirme algo. 

Me dirigí a la puerta y a medio camino advertí que ésta se encontraba entreabierta. Porque estaba así? Había pasado algo? Aceleré el paso hasta ponerme a unos centímetros de la entrada, y di una rápida ojeada al interior de la casa a través de la pequeña abertura de la puerta. No vi nada, pero percibí algo apenas audible. De manera instintiva, saque el arma. 

Empujé lentamente la puerta y sostuve mi arma en alto. La baje casi al instante al ver lo que se ocultaba detrás de la puerta. Regina, sentada en el suelo, sostenía a Henry en sus brazos. 

-Dios... Que... que paso? Están bien?

Di una ultima ojeada alrededor para asegurarme de que no había nadie mas y guarde mi arma. Me acerque y me arrodille junto a ellos. 
Fue así, estando mas cerca de Regina, que pude advertir sus lagrimas. Había llorado, y mucho. Henry también parecía un poco alterado. Los miré a ambos con preocupación en el rostro. Puse una mano sobre el cabello de Henry y esperé a que alguno de los dos hablara. No tenía idea de que había pasado, aunque podía imaginarlo. 

Mire a Henry mientras se quedaba en el suelo. Regina se levantó y explico lo que había pasado. No pude evitar sentirme extraña, incluso incomoda, cuando se refirió a si misma como una "maldita bruja". No creía que Henry hubiera dicho exactamente esas palabras, pero después de todo eso era lo que Regina había sentido. Que él la despreciaba por todo el asunto de la magia.

Ella se veía dolida, hablaba mientras se limpiaba las lagrimas. No recordaba haberla visto antes en un estado tan expuesto, tan frágil.
Por supuesto nadie podía obligar a Henry a quedarse ahí. Incluso a mi, al menos antes, no me gustaba la idea. Sabia que Regina jamás dañaría a Henry, pero el solo parecía interesarse en la parte mala de ella, al igual que técnicamente todo el pueblo.

Me sorprendió que pidiera mi ayuda. Demostraba aun mas lo desesperada que estaba por cambiar, por recuperar el cariño de Henry.
La mire. Se veía que el solo hecho de pensar en mi ayudándola la abrumaba. Abrace a mi hijo y acaricie su cabello. Asentí lentamente mientras tragaba saliva.

-Esta bien. Lo haré. Te ayudaré en lo que pueda

No pensé que algún día fuera capa de decirle eso a la Reina Malvada. Pero prefería ayudarla a cambiar, a tener a la antigua Regina Mills en el pueblo.